En el deporte de que kayaking, en los Juegos Olímpicos de Verano, los competidores en su mayor parte se dejan llevar por la corriente, navegando por compuertas. En ocasiones se les pide que inviertan el curso, remando en contra la corriente agitada, y pasando por la compuerta, y luego invirtiendo la dirección de nuevo a la corriente principal. Ir con la corriente es más fácil que ir en contra de la corriente.
No penalices a tus colaboradores que plantean problemas y van contra la corriente.
Las voces divergentes y disidentes son críticas para el crecimiento y la innovación. Sin embargo, algunos líderes satanizan a cualquiera que plantee problemas, temerosos de lo que esos detractores puedan estar señalando.
Sin embargo, cuando haces esto, evitas que la organización crezca y desalienta a otros a hablar cuando ven problemas u oportunidades.
Entonces, en lugar de culpar a alguien por plantear un tema incómodo, celebra por tener el coraje de mencionarlo.
Céntrate en el problema, no en el mensajero. No digas "Escuché que tienes un problema". Di: "Aprecio que nos hayas ayudado a mejorar".
Si sospechas que los colaboradores no traen problemas, considere por qué no. Tal vez piensen que descartarás sus preocupaciones o que no tomarás medidas.
Para establecer el tono correcto, celebra las cosas difíciles y recién aprendidas, en lugar de las cosas más típicas o más productivas que sucedieron en tu empresa. Cuando hagas esto, tus empleados comprenderán que valoras la innovación y la creatividad más de lo que valoras que todo esté bien y en un completo orden, y que realmente deseas que la organización y el crecimiento profesional mejore.
¿Y tú, si estás viviendo esta situación, cuéntanos tu experiencia con el hashtag #PersonasFelicesYseguras y participa en la conversación.
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