Si nuestra mente es un campo de batalla, entonces tenemos que establecer protección, a fin de que no se nos venza. En tiempo de guerra, la guardia debe proteger el territorio de una invasión tanto como impedir que escapen los pobladores de una ciudad conquistada; proteger desde afuera y lo de adentro.
Cuando decidimos conscientemente dejar las ansiedades, estamos poniendo una guardia ante nuestra mente. Esa guardia se llama la paz, y ahuyenta la PE.N.A. (Pensamientos Negativos Automáticos).
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